jueves

Dentro..aventura y sueños cumplidos

Pues si..entremos de nuevo en el baúl, aqui encontarmos una historia llena de aventura y tesón, la rescato desde dentro para infundir aventura en un mundo que necesita cumplir sueños.

Una idea hecha realidad. Un destino, el museo de motos de Bassella. Tres amigos que decidieron coger sus motos y comprobar que aparte de divertido es bonito e interesante recorrer 1500 Km en dos días y medio.
Nuestras monturas son parte de nuestra personalidad. La diferencia entre estas motos solo deja pensar que la unión entre todas ellas, son una profunda amistad, que pasa por encima de tendencias o modas, quedando al final solo lo más importante: la persona que conduce la moto.
Para cada uno de nosotros nuestra moto es la mejor, pero era nuestro deber ser imparciales y analizarlas.


La Harley Sportster 883R con una cilindrada que acompaña a su nombre y carburada, basada en las motos Harley de las carreras Dik Track de los años 70, es con todo, la mas dura y retro de todas ellas, no olvidemos que la Sporty ya ha cumplido 50 años fabricándose.


Posee un sonido embriagador, como el trote de un caballo, acentuado por unos escapes SS que ayudan mas al golpeteo descompasado de pistones.


Aunque esta Harley ya tiene silenblock para reducir vibraciones, estas son considerables, más aún si aumentamos la velocidad, pero es parte del encanto del autentico sabor americano.


La Yamaha Drag Star 1.100, es una moto japonesa cargada de encanto y cromados, con un motor y sonido muy suaves, sin vibraciones, es la moto ideal para rutas largas y de hecho una de las mas vistosas por su tamaño y apariencia.


Muy cómoda y segura. Esta moto estaba cargada de extras originales como pantalla y plataformas de origen .Ir sentada en ella es como el sillón de tu casa que te anima a disfrutar del paisaje en movimiento.


La suzuki Intruder 1800R, esta japonesa con un motor bestial, con los cilindros mas grandes del mercado, es la mas potente del grupo, así como la que tiene la rueda trasera mas descomunal, ni mas ni menos que una 240. ( La gente se quedaba boquiabierta al ver el tamaño de semejante neumático).


Cada vez que das gas a este monstruo machobike sale disparada como si de un misil se tratase, no obstante, ese motor es un 1800, y eso se nota.
Aunque como veis son distintos conceptos, circulamos a velocidades legales la gran mayoría de veces, y el cuadro de las tres motos era de lo más vistoso en carretera.
La ruta planificada decidimos hacerla larga e intensa, llena de experiencias culturales, en donde parar en diferentes ciudades y pueblos, así como atravesar diversas comunidades.


Salimos desde Valladolid. El día no podía ser mejor, con una temperatura exterior de13 grados, y un cielo completamente azul.


Hicimos las primeras fotografías en pleno centro de la ciudad, en la iglesia románica de La Antigua, situada en un barrio del mismo nombre.


El rugido de nuestras motos despierta las miradas de las gentes que por allí andaban, siguiendo nuestra partida hacia la siguiente parada..Peñafiel.


Decidimos parar a repostar en el pueblo del infante D. Juan Manuel, bajo la atenta mirada del castillo que actualmente es el museo del vino.


Una foto desde el camino de Carraovejas plasma ese momento histórico. Nuestras motos llenan de sonido el silencioso paisaje.








Continuamos camino hacia Aranda de Duero y San Esteban de Gormaz cruzando la provincia de Soria bajo un sol que se reflejaba en nuestras motos, deteniéndonos en todos aquellos lugares que nos llamaban la atención, si bien el amplio paisaje de la provincia de Soria y nuestras motos atravesándola, era sin duda la mas bella estampa que podíamos pensar, Las siguientes paradas, El burgo de Osma y Berlanga de duero hicieron que la hora de comer nos alcanzase decidiendo parar en Almazán para repostar nuestros cuerpos.


Después de una comida accidentada por lo lento del servicio y lo desacompasado del mismo, quizás acostumbrados a nuestras veloces monturas y el ritmo de los V-Twin, continuamos camino a Zaragoza.

Los diferentes y bellos parajes que debíamos ver fueron pasando rápidamente dejando atrás Borjabad, Tejado, Gamara, Olvega, Agreda y Tarazona, para adentrarnos en otra comunidad autónoma que nos recibió con sus brazos abiertos, La comunidad de Navarra. La naturaleza desbordante de los lugares que pasábamos solo se veía ocultada por la implacable luz del día que nos hacia tener que darnos prisa para poder realizar todo el recorrido. Así pasamos por la maravillosa Tudela, camino de la comunidad que nos vería descansar esa noche, Aragon con su capital al frente Zaragoza. El camino entre montes para llegar a Egea de los Caballeros, Erla, Sierra de la Luna, Las Pedrosas, Zuera, Villanueva de Gallego, tuvimos que hacerlo a buen ritmo ya que el día se empeñaba en terminarse pero sus paisajes quedarán grabados en nuestra retina por mucho tiempo.


Paramos a comer en Almazán, y allí se nos unió otro motero con una Honda CBR600, que compartió la comida con nosotros en un restaurante que poco tenía de rápido, sobre todo para mí, que cuando los demás estaban con el postre aun no me habían traído el segundo plato.( Además del camarero..que no se le entendía)


Una vez tomado el café decidimos proseguir hasta Zaragoza.


La entrada a la ciudad del Pilar fue caótica..obras..obras..y mas obras, pero conseguimos llegar a nuestro destino.( No sin el enfado de algún guardia de trafico mas quemado que la pipa de un indio)


Una vez dejamos las motos para que reposaran de un merecido descanso, nos cambiamos de ropa y nos fuimos a conocer la noche de esta ciudad.


Cenamos en un buffet cerca de la basílica del Pilar, y después nos fuimos a conocer el ambiente nocturno descubriendo bares tan interesantes como El bedel.


Por la mañana madrugamos y salimos para el museo de Bassella. El día también había amanecido magnifico. Cielo azul y una media de 15-16 grados.


Abandonando Zaragoza nos dirigimos hacia Huesca con su impresionante plaza de la catedral y de ahí hacia barbastro, y posteriormente, adentrándonos en maravillosos parajes de naturaleza exuberante con abundancia de lagos, dejamos atrás Benabarre y Tremp


Así, absortos por lo que estábamos viendo divisamos el Museo de motos de bassella.


Como nuestras motos tenían sed, repostamos en la gasolinera que había al lado del museo, y como el madrugon había dado sus frutos esta vez en forma del tan codiciado tiempo, decidimos buscar el alojamiento que teníamos reservado.


El paisaje era excelente, muchas curvas, muchas, pero la casa no aparecía. 23 Km mas allá del museo, en pleno bosque, un enorme caserón nos daba la bienvenida aunque no por mucho tiempo ya que de nuevo el implacable reloj nos estaba jugando una mala pasada y era necesario volver al museo para conseguir el objetivo principal del viaje, ver el Museo de La moto de Basella.


Al llegar, la responsable del museo, Cristina Soler nos recibió y nos invitaron a comer, al que se apuntaron dos amigos, Mery y Paul que vinieron desde Barcelona solo para vernos y disfrutar de la exposición de motos.


Si nos quedamos prendidos del recibimiento, nuestros ojos se tornaron como los de un niño al ver la impresionante exposición de la que consta este museo.


No suele ser fácil conocer los orígenes de cualquier historia, pero en el caso de este museo existe un claro responsable: Mario Soler (1907 – 1991. Nacido en la pequeña localidad de Bassella, destacó siempre por su destreza y habilidad, que unidas a su afición por la mecánica, le llevaron a construir diversos ingenios: dos automóviles con motor BSA, un ultraligero y una lancha rápida con motor Harley-Davison,...


A finales de los años '20 empezó a interesarse por el mundo de las motocicletas. El responsable fue Gaston Chritin, un conocido piloto francés que, tras un grave accidente en la Pujada en Costa a l'Arrabassada escogió la tranquila localidad de Bassella para su recuperación, impregnando con sus conocimientos a la familia Soler y cultivando una pasión por las motos en toda la comarca de l'Alt Urgell que se ha mantenido viva hasta hoy. Así comienza el principio de una colección que acabó siendo uno de los museos mas importantes de Europa.








Cristina nos enseñó el museo sala por sala y nos explico la historia de las motocicletas allí expuestas. Boquiabiertos por tanta belleza sobre dos ruedas, nos inmortalizamos con ella en la puerta del museo y nos despedimos deseándoles el mejor de los éxitos.






Como el día daba para mas decidimos ir a Solsona, localidad cercana, aprovisionarnos para la casa rural y regresar a ese paraje lleno de verdor.


Al llegar, observamos orgullosos nuestras motos. Sabíamos que al día siguiente les esperaba lo mas duro.700 km de un tirón con nuestras monturas custom, con paradas solo para repostar.


Madrugamos, y a eso de las 9 de la mañana preparamos nuestros hierros. Miramos al cielo. Azul también, la verdad es que no nos lo podíamos creer, el último día y también bueno.


Ya en ruta, observamos que el cielo se empezaba a oscurecer por lo que decidimos parar y prepararnos para lo peor..la lluvia.


Una vez concienciados y preparados para el agua proseguimos pero la suerte estaba de nuestro lado. Solo unas gotas fugaces que cayeron perdidas de alguna nube.


Por fin, al cabo de unas horas divisamos la ciudad que nos vio partir, Valladolid. Atrás dejábamos experiencias, amigos y un museo inolvidable tras 1500 Km recorridos en total.


Harley, Yamaha y Suzuki habian cumplido su objetivo, sin problemas, los V twin se habían hermanado en el viaje a Bassella.
Este viaje fue debido a una idea y a pesar de que los protagonistas fuimos unos pocos, debemos agradecer a muchos más su perfecto desenlace. A nuestras familias por la constante preocupación que les generamos con estas pequeñas locuras, a los amigos que nos acompañaron en el viaje y que sin su ayuda el reportaje fotográfico no habría sido el mismo y a esos otros amigos con los que compartimos charlas y risas, al museo de Basella por su recibimiento y predisposición desde el primer día y como no a todos aquellos que comparten este sueño de ser libres por una vez.















1 comentario: